miércoles, 11 de septiembre de 2013

Lokasenna (El mito)

Lokasenna es el título de uno de los poemas de la Edda Poética. Es el último en que Loki aparece entre los Aesir, puesto que después de esto, es apresado y castigado.

Pero también, es el primero que pongo -empezando por el final- porque es el primero que reescribí para mi propio uso del personaje... no por nada en especial, si no porque es el punto de inflexión en el que podía sacarle de ahí y mandarle a nuestro mundo XD
Aquí os dejo una copia del poema, en traducción castellana. Tal vez con un poco de suerte, algún día no muy lejano pueda decir que las traducciones son mías, pero ese día no ha llegado aún.




Sobre Aegir y los Aesir

Aegir, llamado por otro nombre Gymir, preparó cerveza para los dioses una vez le entregaron la gran caldera de que ya se ha hablado. Thor no vino, porque estaba en oriente. Allí estaba Sif, la esposa de Thor, Bragi e Idun su mujer. Týr, el manco, estaba allí: el lobo Fenrir le había arrebatado la mano de un mordisco cuando le ataron. Allí estaban Njörd y su mujer Skadi, Frey y Freyja, Vídar, el hijo de Odín. Loki estaba allí, y los servidores de Frey, Byggvir y Beyla. Había allí muchos Aesir y Elfos. Aegir tenía dos servidores, Fimafeng y Eldir. En lugar de lámparas había oro brillante. La cerveza se escanciaba sola. El lugar era inviolable. Alabaron todos mucho a los sirvientes de Aegir, tan buenos eran. Pero esto no le agradó a Loki, y mató a Fimafeng. Entonces, los Aesir blandieron sus escudos e interceptaron a Loki, y le persiguieron hasta el bosque, y volvieron luego para seguir bebiendo.

Loki regresó y encontróse con Eldir fuera de la casa. Loki le dijo: 
“Dime, Eldir, pero no avances
un solo paso:
¿qué hablan, ahí dentro, los nobles hijos
de los dioses triunfales?” 
Eldir dijo:
“De sus armas hablan, y de sus hazañas
los hijos de los dioses;
de los Aesir y Elfos que ahí están, ninguno
dice bien de ti.” 
Loki dijo:
“Ahora he de entrar al palacio de Aegir,
a ver el banquete;
discordia y disputa llevaré a los Aesir,
amagaré su hidromiel.” 
Eldir dijo:
“Sabes que si entras en el palacio de Aegir
para ver el banquete,
si salpicas de agravios a los nobles aesir,
en ti se han de secar.” 
Loki dijo:
“Bien sabes, Eldir, si nosotros dos, solos,
hemos de zaherirnos,
buenas respuestas yo sabré encontrar;
tú hablas demasiado.” 
Entonces entró Loki al palacio. Y cuando los que allí estaban vieron quién había llegado, callaron todos: 
Loki dijo:
“Al palacio vengo, yo, Loki, sediento
del largo camino,
a pedir a los aesir que me den de beber
del famoso hidromiel.”
“¿Por qué calláis así? ¿Estáis tan irritados
que no podéis hablar?
Un asiento y un lugar señaladme en el festín,
o arrojadme de aquí.” 
Bragi dijo:
“Un asiento y un lugar jamás te señalarán
los Aesir en el festín;
pues saben a quién deben admitir
en el gran banquete.” 
Loki dijo:
“Recuerda, Odín, que en tiempos lejanos
unimos nuestra sangre;
dijiste que nunca probarías la cerveza
si no bebíamos los dos.” 
Odín dijo:
“Levántate, Vídar, deja al padre del lobo
asiento en el festín
que no suceda que Loki nos lance injurias
en las salas de Aegir.” 
Entonces se levantó Vídar y sirvió la bebida a Loki. Pero antes de beber, saludó a los Aesir:
“Salud a los Aesir, salud a las Aesirinas,
y a los presentes todos;
menos a un solo Aesir que se sienta allá al fondo,
a Bragi, en su escaño.” 
Bragi dijo:
“Un corcel y una espada te daré de mis bienes,
Bragi te ofrece un anillo
para que los Aesir no vayas a injuriar;
no provoques a los aesir.” 
Loki dijo:
“Siempre del caballo o del brazalete
carecerás, Bragi;
de los Aesir y Elfos que están aquí, tu eres
el más cobarde en la lucha,
y quién más teme a los dardos.” 
Bragi dijo:
“Sé que si estuviera fuera como ahora dentro estoy
en las salas de Aegir,
tu cabeza llevaría en mi mano,
castigaría tu mentira.” 
Loki dijo:
“Eres valiente en tu escaño, no deberías ser así,
Bragi, “ornato del escaño.”
Ven a luchar si estás irritado,
el esforzado nada teme.” 
Idun dijo:
“Te lo ruego, Loki, en bien de los parientes
y los hijos amados,
no lances a Bragi esas injurias
en las salas de Aegir.” 
Loki dijo:
“¡Calla, Idun! De todas las mujeres
eres la más libertina,
pues enlazaste en tus brazos bellamente lavados
al matador de tu hermano.” 
Idun dijo:
“Yo no injurio a Loki con insultos
en las salas de Aegir;
apaciguo a Bragi, embriagado de cerveza,
no quiero que luchéis.” 
Gefjun dijo:
“¿Por qué aquí dentro vosotros dos,
los Aesir, os insultáis?
Bien sabe Loki que está hechizado,
que los aesir no le aman.” 
Loki dijo:
“¡Calla, Gefjun! Aún contaré
quién te redujo a placer,
ese blanco muchacho que te dio un collar,
tú le abrazaste.”
Odín dijo:
“Estás borracho, Loki, estás demente,
al injuriar a Gefjun,
pues creo que sabe todos los destinos
tan bien como yo.”
Loki dijo:
“¡Calla, Odín! Nunca sabes repartir
la victoria en el combate;
le diste a menudo a quien no debías,
la diste a los más flojos.” 
Odín dijo:
“Sabes que si di victoria a quien no debía,
a los más flojos,
tú ocho inviernos estuviste bajo tierra,
ordeñadora y mujer,
y concebiste allí un hijo,
y eso amaricamiento es.” 
Loki dijo:
“Magia negra hacías, eso dicen, en Samsey
tableabas como las völvas;
en figura de brujo viviste entre hombres,
y eso amaricamiento es.” 
Frigg dijo:
“De vuestros destinos nunca deberíais
decir a los hombres,
lo que los dos Aesir hicisteis en el pasado,
lo pasado sea pasado.” 
Loki dijo:
“¡Calla, Frigg! Eres la hija de Fjörgyn,
fuiste siempre libertina,
tú, esposa de Vidrir, dejaste a Vé y a Vili
apretarse a tu pecho.” 
Frigg dijo:
“Sabes que si aquí tuviera, en el palacio de Aegir,
un hijo como Baldr,
no habrías de escapar de los hijos de los Aesir,
te matarían, insolente.” 
Loki dijo:
“¿Aún quieres, Frigg, que siga diciendo
aún más conjuros?
Yo soy la causa de que ya no cabalgue
Baldr por las salas.” 
Freyja dijo:
“Estás borracho, Loki ya que nos dices
horribles conjuros;
los destinos, Frigg creo los sabe todos,
aunque no los diga ahora.” 
Loki dijo:
“¡Calla, Freyja! Muy bien te conozco,
muchas son tus deshonras,
de los Aesir y Elfos que aquí dentro están
cada uno fue tu amante.” 
Freyja dijo:
“Falaz es tu lengua, y más bien a ti
mismo te ha de herir:
irritaste a los Aesir y a las Aesirinas,
y abatido volverás.” 
Loki dijo:
“¡Calla, Freyja! Eres una bruja
y de muy mala fama,
pues con tu hermano te hallaron los amables aesir,
y entonces, Freyja, de miedo peíste.” 
Njörd dijo:
“Poco importa que un hombre busque la mujer,
como esposo o de otra forma;
más asombra que el Aesir afeminado que aquí entró
llegara a parir un hijo.” 
Loki dijo:
“¡Calla, Njörd! A oriente te enviaron,
y a los dioses, como rehén;
y las hijas de Hymir te usaron de bacín,
en la boca te mearon.” 
Njörd dijo:
“Un beneficio me fue el enviarme de lejos
a los dioses como rehén:
engendré un hijo al que todos aman,
es el príncipe de los aesir” 
Loki dijo:
“¡Detente, Njörd! No sigas hablando,
no lo ocultaré ya más:
fue con tu hermana que engendraste el hijo,
de ti eso se podía esperar.” 
Týr dijo:
“Frey es el mejor de los valientes jinetes,
en tierra de los aesir;
no daña a las doncellas ni a las mujeres,
y a todos libera.” 
Loki dijo:
“¡Calla, Týr! Nunca supiste
conciliar un pleito;
tu mano derecha he de mencionar,
la que Fenrir te arrancó.” 
Týr dijo:
“A mí me falta una mano, pero Hrodsvitin a ti,
los dos tuvimos desgracias;
tampoco disfruta el lobo encadenado
esperando el Ragnarök.” 
Loki dijo:
“¡Calla, Týr! Pues tu mujer
tuvo un hijo conmigo;
ni un palmo de tela ni un penique recibiste,
miserable, por esa ofensa.” 
Frey dijo:
“Veo un lobo que yace ante el estuario
hasta que los aesir mueran;
igualmente, a ti, artesano de discordias,
si no callas, te atarán.” 
Loki dijo:
“Con oro compraste a la hija de Gymir,
tu espada diste también;
más cuando en Myrkvid cabalguen los hijos del Muspell
no sabes como lucharás.” 
Byggvir dijo:
“Si yo fuera noble como es Inguna-Frey,
si igual fuera mi casa
molería hasta el tuétano tu cuerpo dañino,
te tulliría los miembros.” 
Loki dijo:
“¿Quién es el pequeño que menea el rabo
y husmea, y husmea?
Sisearás siempre al oído de Frey,
sentado en el molino.” 
Byggvir dijo:
“Byggvir me llamo, y acudo presto
a dioses y hombres;
pues es mi triunfo que aquí beben cerveza
los hijos de Hropt.” 
Loki dijo:
“¡Calla, Byggvir! Nunca podrás
partir bien la comida,
y en los escaños de pajas no se te podría hallar
habiendo batalla.” 
Heimdall dijo:
“Estás borracho, Loki, y hasta estás demente,
¿por qué no lo dejas, Loki?
la bebida en exceso daña a cualquiera,
y no domina la lengua.” 
Loki dijo:
“¡Calla, Heimdall! En tiempos lejanos
se te dio muy fea vida:
con la espalda enhiesta habrás de estar siempre
guardando a los dioses.” 
Skadi dijo:
“Estás alegre, Loki, no por mucho tiempo
seguirás sin freno:
te atarán los aesir a la roca punzante
con las tripas del troll.” 
Loki dijo:
“Si me atan los aesir a la roca punzante
con las tripas del troll,
sabe que fui el primero cuando matamos,
cuando atacamos a Thjazi.” 
Skadi dijo:
“Si fuiste el primero cuando matasteis,
cuando atacasteis a Thjazi,
sabe, que de mis templos y de mi casa
te alcanzará mi odio.” 
Loki dijo:
“Más suavemente hablaste al hijo de Laufey
cuando me ofreciste ir a tu lecho.
Tanto podríamos decir si hubiéramos de hablar
De nuestras deshonras.” 
Entonces avanzó Sif y sirvió el espumeante hidromiel a Loki en su copa, y dijo:
“Salud, Loki, toma la copa espumeante
llena de antiguo hidromiel,
deja a una sola de entre todos los Aesir
sin deshonrar.” 
Tomó el cuerno y bebió:
“Sólo tús serías ésa, si es que fueras
rigurosa con los hombres;
sé sólo de uno, le creo conocer,
al que amaste pese a Hlórridi,
y fue Loki, el mago.” 
Beyla dijo:
“Se estremecen los montes, creo que llega
Hlórridi a casa;
hará callar a aquel que insulta
a los aesir y los hombres.” 
Loki dijo:
“¡Calla, Beyla! Eres esposa de Byggvir,
estás llena de mal;
mayor iniquidad, sierva, no se halla entre los Aesir,
llena estás de tulliduras.” 
Entonces legó Thor, y dijo.
“¡Calla, afeminado! Mi martillo espléndido,
Mjöllnir, te hará callar;
la roca de los hombros te arrancaré del cuello,
y acabaré tu vida.” 
Loki dijo:
“¡El hijo de Jörd acaba de entrar,
¿Por qué, Thor, así ruges?
No tendrás valor al luchar con el lobo,
cuando devore a Sigfödr.” 
Thor dijo:
“¡Calla, afeminado! Mi martillo espléndido,
Mjöllnir, te hará callar;
te lanzaré as lo alto hacia el oriente,
y ya nadie te verá.” 
Loki dijo:
“De tus viajes a oriente jamás deberías
decir historias,
pues te ocultaste, guerrero, en el pulgar del guante:
y no parecías Thor.” 
Thor dijo: 
“¡Calla, afeminado! Mi martillo espléndido,
Mjöllnir, te hará callar;
te mataré con mi diestra, asesino de Hrungnir,
y te romperé los huesos.” 
Loki dijo: 
“Espero tener larga vida aunque me retes
con tu martillo;
no te fueron fáciles las correas de Skrýmir,
no pudiste tomar los víveres,
y desfallecías de hambre.”
Thor dijo:
“¡Calla, afeminado! Mi martillo espléndido,
Mjöllnir, te hará callar;
la muerte de Hrungnir te llevará al Hel,
a la entrada de los muertos.”
Loki dijo:
“Dije a los Aesir y a los hijos de los Aesir
lo que bien me plugo;
pero sólo ante ti debo retirarme,
bien sé que me golpearás.”
“Cerveza hiciste, Aegir, pero nunca más
prepararás un festín;
todos tus bienes que hay aquí dentro
los lamerá el fuego,
que te abrase la espalda.”


Sobre Loki
Y después de esto, Loki se ocultó en la cascada de Frennang, en figura de salmón. Allí lo cogieron los Aesir. Le ataron con las tripas del hijo de Nari. Y Narfi, su otro hijo, fue convertido en lobo. Skadi cogió una serpiente venenosa y la ató sobre la cara de Loki. Rezumaba veneno. Sigyn, la mujer de Loki, estaba sentada allí y sostenía una vasija bajo el veneno. Y cuando la vasija se llenaba, tiraba el veneno; y mientras tanto el veneno goteaba sobre Loki. Entonces se retorcía tanto que hacía temblar la tierra; a esto le llaman ahora terremotos

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